Acerca de la decisión para realizar el mural, el autor comenta lo siguiente en su libro “Heredarás el universo” publicado por la Secretaria de Cultura, Recreación y deporte del Gobierno del Estado de Tabasco en el 2004:

“El licenciado Trujillo me invitó a visitarlo en Villahermosa, a donde después acudí con un proyecto que consagraba el Derecho Cósmico del Hombre a su Libertad de Expresión, todo esto posterior a los acontecimientos de la matanza del 2 de octubre en Tlatelolco, en donde estuve presente y a punto de ser muerto, con mis tres hijos menores de edad. Entonces portaba yo un cuadro de mis primeras obras, que quedó destruido en la avalancha humana, durante la masacre y que al reverso decía: «Mi esposa no vino, porque está enferma, pero vinieron mis hijos». El proyecto que presenté era una hoja de cartulina ilustración totalmente en blanco, y cuando el Gobernador la vio, me preguntó si acaso quería yo una pared para que todos escribieran y pintaran lo que quisieran, pero yo le expliqué que no, que el motivo porque le mostraba una hoja en blanco, con el título de «Nuestro Derecho Cósmico a Protestar», era porque consideraba que si yo le presentaba un boceto de la obra que acreditaría mi libertad de expresión, de ser aprobada llevaría encima el oprobio de una autorización que en realidad era una censura, y que por lo mismo si el autorizaba la obra, tendría que ser sin boceto alguno, a lo que él me contestó frotándose las manos: «¿Y cuándo empieza usted, Montuy?», y de hecho así lo aceptó. Fueron dos obras: «Nuestro Derecho Cósmico a Protestar» y «La Educación a través de la Revolución». La primera quedó instalada en la Escuela Normal de Maestros del Estado de Tabasco, y la segunda en el Instituto Nacional Indigenista, que está en Tucta, Nacajuca”.

La historia de nuestro mural, se encuentra plasmada en la edición número 4 del mes de noviembre, de la gaceta “Somos normalistas”, Órgano de Difusión Normalista de la DGESuM antes DGESPE.